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La Casa Milà es una impresionante casa modernista, construida entre los años 1906 y 1910 por el arquitecto Antoni Gaudí.
Está situada en el centro neurálgico del barrio del Eixample, en la comercial calle del Passeig de Gràcia de Barcelona.
El edificio se erige como una imponente masa de piedra ondulante, por lo que fue objeto de numerosas burlas y caricaturas en la época, por ello se conoce popularmente como La Pedrera (La cantera).
De su espectacular fachada destaca especialmente el trabajo de forja en los balcones, y los remates de escalera y chimeneas de la azotea, que constituyen verdaderas esculturas en sí mismas.
Una actividad que queremos recomendarte desde Your guide Barcelona es visitar la terraza La Pedrera durante las noches de verano, donde se ofrecen conciertos musicales en un marco arquitectónico incomparable.
Cómo llegar
Transporte público
- Metro: L3 y L5, parada Diagonal
- Autobuses: 7 16 17 22 24.
- Bus Turístico y Tomb Bus.
Entrada
Tarifas
- General 24,00€
- Niño (7-12 años) 12,00€
- Niño (0-6 años) Gratuito
- Mayor 65 años 18,50€
- Residentes Cataluña 12,00€
- Niño residente (7-12 años) 6,00€ Audioguía incluida
Precio taquilla: 3€ más por persona
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Historia
Esta casa fue la última gran obra civil que realizó el arquitecto antes de dedicarse por completo a su obra maestra: La Sagrada Familia, desde 1918 hasta su muerte, en 1926.
El proyecto de La Pedrera fue un encargo del señor Pere Milà, quien había visto la Casa Batlló (obra también de Gaudí) y quedó absolutamente maravillado, por lo que pidió al genio catalán la ejecución del proyecto.
Desde el primer momento las relaciones entre Gaudí y los señores Milà estuvieron siempre marcadas por el conflicto.
Los problemas vinieron principalmente por la tardanza en las obras y porque el presupuesto inicial encarecía a pasos agigantados, dado que Gaudí cambiaba sus diseños constantemente.
Fachada de La Pedrera
De la imponente masa de piedra de la fachada cabe destacar que como soporte no utilizó ni una sola pared de carga.
Es decir, la enorme estructura ondulante se sostiene sobre un entramado de pilares y vigas metálicas, lo que la hace todavía más impresionante si tenemos en cuenta esta innovadora solución arquitectónica.
Sin duda notables son las decoraciones de formas vegetales entrelazadas, realizadas en hierro forjado, que ornan los balcones y puertas de entrada a la casa.
Sin olvidar la azotea, con sus espectaculares chimeneas que recuerdan soldados medievales y los salientes de escalera, con ornamentaciones a base de pequeñas piezas de vidrio y cerámica rota.
Interior
El interior de La Casa Milà no es menos impresionante que su fachada externa: salas completamente onduladas, techos curvados y escaleras que se retuercen con formas imposibles.
Cabe destacar los patios de luces, que filtran la luz a través de una claraboya y utilizan la fuerza expresiva de las distintas tonalidades de la cerámica vidriada, que tanto utilizó Gaudí para decorar sus obras.
Simbología de La Pedrera
Muchas son las interpretaciones de lo que podría representar este impresionante edificio: algunos aseguran que simboliza el manto de la Virgen, dada la acusada erligiosidad de Gaudí.
Otros en cambio señalan que La Casa Milà se presenta ante el espectador como una enorme montaña nevada, por la tonalidad blanquecina y la forma ondulada de su fachada.
En cualquier caso, La Pedrera constituye un claro ejemplo de la creatividad y genialidad de Gaudí, que aportó nuevas soluciones arquitectónicas a cada una de sus obras.