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El proyecto del Parc Güell nació con el objetivo de urbanizar unos terrenos adquiridos por el conde Güell, en la llamada "Montaña Pelada", y construir sesenta viviendas.
El conde quería construir una urbanización a la manera de ciudad-jardín inglesa, idea que surgió en el emprendedor Eusebi Güell después de una estancia en Inglaterra.
De estas viviendas se construyeron la del propio Conde y la que en la actualidad es la Casa-Museo Gaudí, construida en 1904 por Francesc Berenguer para el doctor Trias Maxencs.
El propio Antoni Gaudí adquirió esta casa dos años más tarde, y vivió en ella hasta el año en que murió, 1926, por lo que conserva objetos personales del arquitecto: muebles, dibujos, borradores...
El parque representa un estallido de color y riqueza decorativa, fundamentalmente conseguida a base del trencadís, decoración cerámica de pequelos pedazos coloreados o vidriados.
Todo en el parque Güell está en perfecta comunión, es un espacio único en el que confluyen de manera especial arquitectura y naturaleza. Sin duda es una visita que te va a sorprender por la originalidad y sus elementos artísticos.
Cómo llegar
Transporte público
- Metro: L3 parada Lesseps, Vallcarca. Al salir del metro, el camino al Park Güell está señalizado. Desde la estación de metro de Vallcarca se pueden usar unas escaleras mecánicas para amenizar parte de la cuesta.
- Autobuses: 24 92 74 116 y Bus del Barrio.
Entrada
Precio
- Adultos 10€
- Niños de 0 a 6 años 0€
- Niños de 7 a 12 años 7€
- Mayores de 65 años y Tarjeta Rosa Reducida 7€
- Tarjeta Rosa 0€
- Persona con discapacidad+acompañante 7€
- Entrada MUHBA / Ruta del Modernisme 8€
- Miembros del registro cultural Gaudir Més 0€
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Historia
El acceso al parque lo delimita un muro rematado con decoración cerámica, y en el que destacan los medallones con las inscripciones “Park” y “Güell”.
A ambos lados de la entrada se sitúan dos pabellones, que estaban destinados a portería y a administración de la urbanización. Del vestíbulo de entrada parte una escalinata con dos fuentes, que conduce a la plaza central de la urbanización.
De entre sus tres fuentes destaca la que podría representar una salamandra, aunque también se suele interpretar como un dragón. Las otras dos representan una gruta y una cabeza de serpiente.
Algunos aseguran que el dragón hace referencia al mitológico Pitón del templo de Delfos. Otros en cambio señalan que es el dragón contra el que luchó Sant Jordi, patrón de Cataluña.
Sobre la escalinata encontramos la Sala Hipóstila o Sala de Columnas, que en origen fue ideada para funcionar como mercado de la urbanización.
Por encima de las columnas destaca la espectacular plaza y su banco cerámico ondulante, mirador privilegiado de Barcelona, desde donde verás la ciudad a tus pies.
La plaza está sin pavimentar para poder recoger el agua de la lluvia, que se canaliza a través de las columnas situadas debajo de ella, y se acumula en un depósito subterráneo. Es una de la soluciones que adoptó Gaudí para que la urbanización dispusiera siempre de agua corriente.
En ella, el enorme banco ondulante fue recubierto de pequeñas piezas de cerámica y cristal mediante la técnica del trencadís (piezas rotas). La delicada decoración de este sinuoso banco de piedra la debemos a Josep Maria Jujol, arquitecto modernista y colaborador habitual de Gaudí.
Caminos sinuosos, rampas de acceso a lo que debían ser las viviendas y galerías porticadas de columnas inclinadas que simulan árboles completan este impresionante recinto.